El desarrollo de la industria y la búsqueda por optimizar la productividad y la competitividad empresarial, ha dado lugar a la adopción generalizada de operaciones de trabajo de 24 horas en varias ramas de la industria. Debido a esto, se ha presentado un aumento gradual en el número de trabajadores por turnos, es decir, quienes siguen una programación de trabajo que se realiza fuera del período tradicional de horario diurno, entre las 7 a.m. y las 6 p.m.; esto es turnos de noche, turnos rotativos ó turnos partidos durante la semana y los fines de semana, alcanzando este rubro hasta un 20% del total de la fuerza de trabajo.
En esta población aumenta la exposición a factores de riesgo a la salud como son la disminución de las horas de sueño, mayor exposición a la luz artificial y la modificación de hábitos de alimentación, principalmente cambios en los horarios de comidas, ayunos prolongados, aumento en el consumo de alimentos con alto contenido de grasas y azúcares simples durante la noche; por lo tanto, en los trabajadores por turnos sucede una desincronización entre las funciones internas del organismo reguladas por el ritmo circadiano y las condiciones ambientales que transcurren durante las 24 horas del día; lo cuál ocasiona de manera inicial alteraciones cognitivo-conductuales como trastornos del sueño, el estado de ánimo y la fatiga; y posteriormente alteraciones metabólicas del sistema cardiovascular y del metabolismo, como la obesidad abdominal, elevación de grasas en la sangre, niveles más altos de presión arterial, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus y enfermedades cardiovasculares.
En los últimos años el efecto de esta desincronización circadiana sobre la salud humana se ha convertido en un tópico relevante en la atención clínica, por su potencial influencia en enfermedades crónico-degenerativas que representan problemas importantes a nivel de salud pública. Sin embargo, la productividad laboral debe continuar, y en ocasiones el cambio de turno de trabajo no sería un factor modificable, pero no así los hábitos de alimentación y la actividad física; esta en nuestras manos disminuir la exposición a factores de riesgo como, evitar los ayunos prolongados, la exposición a comidas con alto contenido en energía, disminuir el consumo de bebidas con cafeína, evitar el consumo de tabaco, disminuir las horas sedentarias y aumentar la actividad física.
Por lo tanto, se hace fundamental la participación del Licenciado en nutrición en la investigación e intervención clínica sobre los riesgos asociados con las alteraciones metabólicas en los trabajadores por turnos. ¡No pongas en riesgo la salud de tus trabajadores y aumenta la productividad y competitividad empresarial!